quarta-feira, 6 de julho de 2011

PÁSION POR LAS CALLES

Situados en su mayoría en el centro de Lisboa, los barrios históricos son destino obligatorio para quien se desplace a la capital de Portugal. Por la cultura, por la historia, por la arquitectura, por las personas o simplemente para pasear tranquilamente, es obligatorio descubrirlos. Formando parte estructural de la identidad lisboeta, estos barrios permiten a quien los descubre trazar un verdadero mapa personal. Las posibilidades son inmensas. No las deje pasar de largo.


El Bairro Alto es uno de los barrios más paradigmáticos y atrayentes para vivir la ciudad. Típico y popular, el Bairro Alto posee inmensos rasgos de modernidad, con comercios de ropa y de diseño, y bares, muchos bares. El encuentro con personas, en un ambiente ecléctico y multicultural es una de las buenas razones para pasear por el barrio. Recorrerlo, descubrir todas sus calles, las callejuelas y los callejones sin salida resulta imprescindible. Buenos restaurantes al lado de librerías intimistas, en las que siempre suceden cosas, casas de té junto a comercios de diseño y tiendas de ropa de algunos de los más afamados diseñadores portugueses.Es un barrio apasionante, lleno de atracciones, que combina fuerza y sofisticación con tradición y antigüedad. Pasear por el Bairro Alto es un acto irrepetible en cualquier otro punto de la ciudad.
Después del Bairro Alto, baje por el Chiado, donde encontrará un ambiente todavía más sofisticado. Punto de encuentro de jóvenes, artistas e intelectuales, el Chiado es la zona de los cafés emblemáticos, como "A Brasileira", de las escuelas de arte, de los teatros y de la historia viva. Pero más allá de la belleza del lugar, son las personas las que lo conforman, con su actividad y actitud positiva.

La zona del Carmo, vecina del Chiado, tiene algunos puntos fascinantes de la historia de la ciudad, como el Convento y la Iglesia do Carmo, que mantiene su elegancia e imponencia. Allí podrá visitar las ruinas, pero también el Museo Arqueológico do Carmo, que incluye un conjunto de piezas prehistóricas, romanas, medievales, manuelinas, renacentistas y barrocas.El Largo do Carmo es también un lugar emblemático de la historia portuguesa reciente, al haber sido escenario privilegiado de la revolución de los claveles, el 25 de abril de 1974. La unión entre el Carmo y la Baixa se realiza a través de otro monumento fundamental de la ciudad, el irresistible Elevador de Santa Justa (ascensor).

Arriba nos encontramos con una bellísima vista sobre la Baixa Pombalina. No se pierda la oportunidad de bajar o subir en este ascensor centenario, el único ascensor vertical que presta servicio público y que fue concebido por un discípulo de Gustave Eiffel, por lo que posee un estilo arquitectónico peculiar.Ya en la Baixa, centro comercial de la ciudad por tradición, encontrará un gran polo de concentración de comercios y un lugar único para pasear.Una acogida personalizada hace que las compras sean todavía más placenteras. La rua Augusta es la arteria principal de la Baixa Pombalina, uniendo Terreiro do Paço, abierto al río y símbolo de poder, con la bellísima Plaza del Rossio (D. Pedro V).Descubra, más arriba del Rossio, la Avenida da Liberdade. Un paseo por la que ya fue, en pleno siglo XIX, el "Paseo Público" de la ciudad y donde las élites se reunían para caminar despreocupadamente. Hoy, en la Avenida se encuentran los comercios de grandes marcas, donde se realizan las compras más cosmopolitas y más internacionales de la ciudad.

LLENA DE HISTORIA

Si todo comenzó en el Castillo, la historia se encuentra en toda la ciudad. Con mil años de historia, Lisboa está repleta de monumentos de gran importancia, que traducen algunos de los momentos más fundamentales de la historia de Portugal. Capital del Imperio, Lisboa tuvo su máximo exponente de riqueza en la época de los Descubrimientos, asegurándose un patrimonio único de extraordinaria belleza.Muy cerca del Castillo, en Graça, se encuentra la Iglesia y Monasterio de S. Vicente de Fora, uno de los monumentos religiosos más imponentes y notables de la ciudad. Construido tras la conquista de la ciudad a los moros, fue el resultado de un voto del rey D. Afonso Henriques a S. Vicente durante el cerco a la ciudad en 1143.

Muy cerca, podemos encontrarnos, si es martes o sábado, con una de las ferias más populares y concurridas de la ciudad, la Feria da Ladra.Con todo y algo más, se descubren las cosas más inútiles y viejas, pero la mayoría de las veces irresistibles, así como preciosas antigüedades. Es un verdadero paseo cultural.Descendiendo hasta Santa Apolónia y recorriendo esa zona ribereña, encontramos un original edificio, la Casa dos Bicos (siglo XVI). Los bicos (picos) que le dan el nombre provienen de su fachada tallada en punta de diamante. A la peculiaridad estética del edificio, con influencias italianas y elementos de estilo manuelino, se une la importancia histórica de haber pertenecido a Afonso de Albuquerque, virrey de la India, y por haberse encontrado vestigios arqueológicos romanos.

http://www.visitlisboa.com/

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